sábado, 10 de agosto de 2013

SOLO NOS REPRESENTAN A TODOS

   SOLO NOS REPRESENTAN A TODOS

Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Esta declaración de principios recogida textualmente del artículo 16.3 de la Constitución Española (CE) viene a decir a las claras que el Estado no tomará partido por ningún tipo de creencia. Pero, para que no me acusen de descontextualizar expongamos el resto del punto 3 del artículo 16 de la CE, dice así: “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones”.
Entremos a profundizar, ligeramente, lo que el legislador quiso decir con este texto. A mi juicio lo que está garantizando son dos cosas: Primero, y claramente, la aconfesionalidad del estado y segundo, el derecho que cada uno tiene dentro del Estado para profesar todo tipo de ideas o creencias, e incluso externalizarlas individual o colectivamente.
La libertad religiosa tiene una vertiente íntima, por tanto la presencia de las instituciones públicas en los actos religiosos trasciende esa parcela de intimidad en que se asientan las creencias y las hace visibles, de tal forma que podría dar la impresión, y así ocurre, que el “Estado” oficializa una religión determinada y, por extensión, que todos sus ciudadanos la profesan.
Cuando vemos actos oficiales como tomas de posesión de altos cargos, funerales de estado, o se ponen medios públicos a disposición de determinadas religiones para sus conmemoraciones, el “Estado” está dando carta oficial de categoría, de identificación, de procesión a una determinada creencia en detrimento de otras.
Los poderes públicos no pueden, ni deben, incentivar determinados actos religiosos con el argumento de la tradición. La tradición es algo tan impreciso que podría llevarnos al neolítico.
Las instituciones no pueden, ni deben, utilizar fondos públicos para promover actos de índole religiosos que deben de estar y permanecer en la esfera de lo personal aun cuando se manifiesten colectivamente.
Considero que los representantes del “Estado”, en las diferentes administraciones en que se organiza territorialmente, SOLO NOS REPRESENTAN A TODOS cuando evitan gestos, conductas o presencias que permitan traslucir creencias personales.


CIJ

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