lunes, 30 de septiembre de 2013

LA POLÍTICA ES LA ÚNICA SOLUCIÓN.

LA POLÍTICA ES LA ÚNICA SOLUCIÓN.


La política tiene que cambiar porque la sociedad exige cada vez más que la ciudadanía recupere su capacidad de decisión.
La Política es la única solución posible para los que no tenemos ni dinero ni poder, es decir el 90% de la población, ya que los que tienen una de las dos cosas no la necesitan.
Conviene recordar que la política y la ciudadanía consiguieron un sistema de seguridad social que protege a los débiles, derechos laborales, pensiones de jubilación, igualdad de derechos entre hombres y mujeres, un sistema solidario de servicios sociales, educación y sanidad gratuita y universal….
Porque todas esas cosas que tuvimos y que cierta política pretende hacer desaparecer, no surgieron de los árboles ni por naturaleza espontánea, sino de la reivindicación social y de la política de varias generaciones.
Así que para salir de ésta, no queda más remedio que hacer política pegada a los problemas que tenemos los ciudadanos, política para construir y no para destruir lo conseguido. Porque lo que tengo claro es que quien ve la crisis sólo de lejos, puede aportar menos soluciones que aquellos que la sufrimos. Y si no, a las pruebas me remito: menos sanidad, menos educación, menos servicios sociales, menos salarios, en definitiva, más desigualdad.
Por eso me entristece oír el discurso interesado de los entramados financieros, que están haciendo suyo muchos ciudadanos “Todos los políticos son iguales”
Si unos construyen y otros destruyen, no somos iguales ni por el forro…


Pedro Pablo Santamaría

viernes, 13 de septiembre de 2013

MARÍA

MARÍA


Durante 15 años María fue la perfecta administrativa de wcd consulting, en esos 15 años María organizaba, llamaba y atendía a los clientes y a sus superiores sin una queja de nadie, de hecho todo eran felicitaciones y gratitud por el buen trabajo hecho.
En este tiempo María se casó y tuvo familia, pero no dudó ni un minuto, cuando en plena baja maternal fue requerida por José, el director de la empresa, para que organizará aquello, pues en los dos meses que ella llevaba fuera la empresa era un desastre. Dada su imprescinbilidad, José le pidió que no redujera su jornada laboral para cuidar a sus hijos, pues María era una de las piezas importantes que movía aquello. María, de nuevo accedió, costandole lagrimas cada vez que llegaba a casa y Jesús, su marido, le contaba la nueva maravilla que habían hecho los gemelos.
Pasaban los años y mientras María se sacrificaba de esta forma por la empresa y al igual que muchos de sus compañeros, cobrando un salario que apenas daba para cubrir los gastos del día a día, observaba como sus superiores gastaban dinero a espuertas, pasando viajes y comilonas como gastos de empresas, y perdiendo cuentas importantes sólo por el mero hecho de que parecía que el comercial de tal o cual empresa les había mirado mal.
Y llego 2010, y todo cambió, y el dinero dejó de entrar en la empresa, y lo que antes eran risas y buen rollo se transformó en malas caras y descaros. Y los jefes pidieron mas sacrificios, y rebajaron los salarios, porque María y sus compañeros habían vivido por encima de sus posibilidades, y ellos también se sacrificaron, faltaría más, cambiaron la marca de ginebra que bebían.
Y pasaron tres años, y ya no había clientes, y un día llamaron a María y resultó que ya no era imprescindible.

Hoy María llora en la cola del ECYL, pero no llora por haber perdido su trabajo, ni siquiera llora por su futuro, María llora porque se siente engañada y llora por impotencia, por la impotencia de ver que las cosas se han hecho mal y que todo el trabajo y la ilusión, que tanto ella como sus compañeros han puesto, no ha servido de nada y que los que han hundido la empresa aún siguen en sus puestos de trabajo cargando sus comilonas y copas como gastos de representación, Puto país.