ME ESTOY HACIENDO MAYOR.

ME ESTOY HACIENDO MAYOR.

Me dí cuenta que me estaba haciendo mayor un día concreto. No es que me salgan canas , que tenga alguna arruguilla, que hable con frases hechas , pero hechas en los ´80... . Fue el día que me encontré en el coche de camino al trabajo escuchando las noticias .

Entonces me dí cuenta que hacía lo mismo que mi padre, ¡escuchar las noticias! ¿Dónde estarían mis jóvenes 40 principales ?

Y como no me resistí a creerlo y además estaba cansada de deprimirme escuchando la palabras crisis y recortes decidí cambiar de dial.

Y me dije : “Sí señor , tengo 37 años , soy una casi “cuarentañera” y me encantan los 40 principales”

Al cambiar, lo primero que escuché fue una canción que me sonaba pero que no tenía ni idea de quién la cantaba y de que fuera el éxito del momento menos aún...pensé “qué triste” pero no dejé que cambiara mi espíritu ; “seguro que la siguiente la conozco”.

Además de no ser así, el programa continuó con unas bromas que realmente no tenían ni puñetera gracia.

Un DJ fictício pedía a los chicos literalmente lo siguiente “ escuchad esta canción con la cabeza metida en las tetas de la chica que tengais más cerca”. Cuando escuché esto ya no dije qué triste, dije : “¡qué horror! “

Pero el tema continuó. Tras un rato de escuchar memeces, el locutor en un alarde de inteligencia, saber estar , respeto y después de leer, me imagino yo, a los grandes escritores y filósofos de todos los tiempos dijo a su compañera locutora “esto lo tenías que escuchar a cuatro patas “. y perdonad por mis palabras pero ahí ya no pensé ni qué triste , ni qué horror , pensé “¡valiente gilipollas!” . Bueno venga, no es verdad, pensé “será h ..de p...”

Lo denigrante del asunto es que los demás colaboradores se reían como si se fueran a romper, ojalá se les hubiera desencajado la mandíbula.

Me pregunté si estos son los mensajes que llegan a la gente joven y si tendrían audiencia femenina porque eso sí me parecía triste. Se me ponían los pelos de punta.

Así que, después de mi buen rato de cabreo , decidí asumir mi edad, seguir emulando a mi padre y volver a las noticias de la Ser y a mis palabras preferidas “ crisis y recortes” prefiero ir deprimida al trabajo que cabreada.

La depre se me pasa antes que la mala leche.

Minerva Pastor